Cáncer de mujer

                                                A Inma, con quien tantas búsquedas
       comparto.

Cáncer de mujer

El cáncer de conocido asusta
El cáncer de amigo duele
El cáncer de mujer te puede matar


El nido

Estás acurrucada en el nido de la vida
como esperando la lanza que libere
el jugo de las plumas de tu lecho
y haga polvo el tacto de tu aliento
sobre la paja reseca de mi cuerpo

No te resistas al empuje de la pena
al tirón tenso y preso de las venas
La azada alada del dolor
vuela sobre nuestras cabezas

Amarra ya la historia negra
Adquiere el asa de los nervios
Acepta el precio del deseo
Concluye ya la negra historia

Sustancia el sentido de la lágrima
Tensa la piel de las entrañas
Afila la reja del deseo
y abre el surco del horizonte

Acalla el grito en la garganta
y llora de nuevo y alegre
el sentido, la materia del suceso
y vuela, vuela de nuevo afuera

vuela, vuela.



La sombra

Silenciosa como un fantasma
la sábana blanca de la felicidad incondicional
voló hacia otros lugares alejados
donde no pudiera cobijarnos.

Así, infelices, quedamos desprotegidos.

Fue suficiente esa sombra
para corregir el perfil de la sonrisa
para bajar al negro el tracto de la voz
para humedecer la fuente de la mirada

No sabíamos nada, temíamos todo
lo posible se escapaba
lo imposible se acercaba

El corazón del futuro
sufrió con este infarto
y nosotros
aturdidos
huérfanos de futuro
nos preguntamos
¿Cuántas lágrimas nos quedan por verter?



La oscuridad

¿Por qué está tan oscuro cariño?
No hay estrellas en el cielo la luna no se ve
Un mordisco del infierno nos ha quitado casi toda la luz
Ahora ya llevamos la oscuridad clavada en el alma
de nuestras miradas fatigadas por las sales del dolor.

Todo está oscuro mujer no te veo los ojos
Todo está frío mujer no siento tu aliento
Todo está triste mujer no sonrío con tu sonrisa
Todo está mudo mujer porque falta el camino de tu voz.

Sin la lámpara de la felicidad
las piedras que marcan el andar de los penados
nos rodean cuando huimos tropezando
en la oscuridad de la fatalidad sollozamos
y miramos a otro lado para burlar el porvenir
pero sabemos que lo que la mañana nos traerá
no puede detenerse.

Todo está seco cariño nos falta el río de tu risa



La víspera

Hay un estado de malestar que trae la noche
una angustia nocturna con raíces en el guano del miedo
una mentira nocturna con sus planos perpendiculares de verdad
un bisturí sediento de talco, afilado en la universidad y hambriento.

Hay un diagnóstico de dos caras
una cirujano voluntaria
un hombre acobardado
una mujer bamboleada
un palo en las costillas
una plomada en las rodillas

Hay una postura de recibir
un garrote en el cogote que no mata
un quiebro inesperado
un zigzag preprogramado
un regate de cañete
una amenaza evidente
una verdad conveniente

Aquí hay un aquí te pillo
aquí tu vida
aquí el cuchillo.



La noche

                A Amparo

Por la noche hay personas que cuidan tu cuerpo embalsamando tu dolor
con su vela aguantan los segundos para que el tiempo pase sin pesar
con sus labios acompasan el aliento caliente que sana las penas de la soledad
con sus manos acarician los espasmos de las vísceras resentidas y sangrantes
su presencia invoca la ocurrencia de mágicas esencias de cariño y calma.

Por la noche hay personas capaces de calmar la pulsación de tu cuello
con sus venas chorreantes y calientes soportan la monotonía de la fatiga
el cansancio que se posa sobre los párpados al amanecer te besa los ojos
y son capaces de utilizar el vaivén de tu pecho para viajar con las olas del mar.

Sólo un nuevo día tiene poder sobre ellas
y así se van batiendo sus alas de mariposa
con los ojos cerrados
con el corazón abierto
respirando con las branquiales manos del amor



Los ojos

Dejaremos que el amanecer ocurra sin pedirte el permiso que se debe a las almas del coraje, lo dejaremos
Dejaremos que el sol sea la plomada que tire del atardecer en la boca de la noche, también lo dejaremos
Dejaremos que el globo de la luna se deslice lentamente por el negro terciopelo de su garganta
Dejaremos que el universo empuje la hélice de Andrómeda y nos inunde la eclosión de sus estrellas, lo dejaremos, lo dejaremos

La levadura de la luz cuece hoy como un bollo hinchando con azules la mañana
y también la dejaremos
Nosotros lo dejaremos todo para vivir en el reflejo de tus ojos.



Los planes

Caminamos de nuevo por el sendero de barro de la incredulidad
la realidad cubierta de lodo nos mira a los ojos desde el siguiente recodo
nuestros pies descalzos se hunden en ese camino que no tiene pasos.

Sin pasar queremos llegar al otro lado como cuando éramos felices
cuando éramos capaces de romper todo y rehacerlo de nuevo
entre trago y trago de almíbar afrutado con flores del magnolio.

El sufrimiento sólo se fijó en nosotros en tragos cortos e infrecuentes
nuestra mente siempre cabalgó al galope del tiempo que escapaba
montado en un delirante frenesí de truenos y rayos trayendo sucesos

El peso de los pasos en el fango arrastrando la duda como un ancla
impide que levantemos la cabeza observar alguna cosa
hay un espejo entre harapos que aprisiona los planos de nuestra vida
el modo que miramos a los lados buscando luces de luciérnagas
esperando la señal para que caigan desde el cielo sus amores alados
y nos lleven con ellos a otra parte

donde nuestro cuerpo no se trate como a nuestro peor enemigo.



El sueño

Subimos muy despacio las escaleras del amanecer
para encontrar la revelación de la mañana
una sustancia de sueño se diluye lentamente
en la niebla que inunda el valle de esperanza

se aleja tranquilamente bajo nuestros pies
cuando decidimos mirar hacia adelante.

Nuestra mirada en derredor se topa con el perfil del horizonte quebrado
como un pico la silueta gris de Larrun desbarata la continuidad del cielo
las nubes rojas que el sureste alimentó con el gradiente térmico del viento
pasarán sobre nuestras cabezas como las aves que anidan el tejado
de las ilusiones blancas que los sueños felices nos injertan
nos acordaremos siempre que deseemos, siempre que deseemos
nos acordaremos

podremos entonces volver a soñar retoñar
como el árbol talado
como el poeta y su libertad.



Separados

Vivimos en un flujo de venturas y desventuras
en el mar de la vida con sus olas de acontecimientos
se erosionan en finísima arena nuestros sentimientos
poco persiste la calma en la huella que deja el movimiento
el poso más fino puede que nunca vuelva a posar.

El continuo remolino de sucesos que nos mece
parece que nos arrastra sin que podamos evitarlo
como en aquel pasado que ahora se refleja y nos maneja
palpitamos sin control como corazones aterrados
cuando luchamos para recuperar la calma perdida
cuando una pesadilla separa de nuevo nuestros cuerpos
por la noche.

Esta noche
no puedo penetrar en tu sueño con el beso en el hombro de la madrugada
ni calentarte contra el frío del miedo con el ingenio de mis manos
el contacto de mi tacto no sentirá la basal textura de tu piel bajo el pijama
el aliento del amante vigilante mojará de nuevo el hueco de tu almohada
esta noche.

Las heces del pasado cruel que nos embarra cierran nuestros poros
nuestra piel no respira el contacto que acompasa el cruce de miradas
nuestros cuerpos separados son el nocturno objetivo de un dolor.



Noche rota

Y si esta noche se acabara de repente
sin esperar a que acabe
como cuando vences la pesadilla
y te despiertas.
igual que pasa a veces con los días
cuando se rompen.



La biopsia

Cuando la luna enciende su luminaria por la noche
se perciben tan claros como golpes
los detalles ocultos que se esconden
encima de la piel de algunas cosas.

Los perfiles por ejemplo se amplifican
cuando la luna borra las estrellas
y demasiada luz nos destruirá
el sutil mensaje de las sombras.

Demasiada luz se entromete y distorsiona
el foco variable con que enfocan
las manos inexpertas y los corazones mansos
nunca visualizará el sentido completo de las cosas.

Sin sorpresa, sin nervios, sin miedo ni consuelo
vivo ahora el incompleto mensaje de unas hojas.



Primera luz

                                 A Javier y Nieves

En cuanto me ven se preparan con su abanico de instrumentos
cuando me acerco ellos se acercan saltando hasta encontrarme
pulen su mirada con la mirada de mirar a los ojos fijamente
el abrazo de sus brazos se come mi pecho abiertamente
adquieren la difícil postura de consentir tranquilamente
y me escuchan diga lo que diga atentamente me escuchan.

Cuando el polvo de mis errores me cubre con ceniza
traen agua del mar con su paciencia caracola
y lo lavan con cariño para que nadie vea su rastro
me miran entonces al corazón y me ofrecen su opinión
en la espiga de una flecha armada de razón
sus ideas tensadas con un arco de tendones
levantan el peso de mis dudas hasta lo alto del saber
las emociones claras y redondas ruedan fácilmente
sobre el pringoso tapete de la pena de mis quejas.

El círculo eterno del laberinto siempre es finito
sólo los hitos de mi historia lo describen
ellos siempre recorrerán conmigo ese camino
sus pasos compañeros me acompañan de testigo
son nada más ni nada menos mis amigos.


Los fantasmas

Los espectros que habitan los rincones de la sala
golpean los carpianos de sus manos en las jambas
el sonajero de sus huesos al compás de una patraña
acompaña a un espíritu del viento con su flauta
que en el negro de la noche se pasea por las ventanas.

Cuando faltas mucho tiempo
la casa se nos llena de fantasmas.

Con pasos que quiebran el calor de la madera como un hacha
se alejan del fuego suben las escaleras se acercan a mi cama
se despojan de la sábana que cubre su osamenta sin pellejo
la mojan en un cubo con la bilis que sacan de mi cuerpo
y me frotan todo entero tapándome los poros de la calma.

Cuando faltas mucho tiempo
los fantasmas de la casa nos atacan.

Mi frente dislocada por el miedo y por la rabia se consume entre las llamas
las cenizas que de ella quedan vuelan en la habitación se posan en la cama
ya no tengo brazos ni piernas ni corazón ni cerebro ya no tengo casi nada
sólo huesos sin piel pintados de amarillo con mi hiel y cubiertos de una sábana.

Cuando faltas mucho tiempo
los habitantes de tu casa
nos convertimos en fantasmas.



Mañana


Mañana cuando tu regreses
llegará la nueva madrugada
y traerá consigo una mañana.

Hace tiempo que no escucho
a las patas de las gorrionas
caminando en el aislante
bajo su nido bajo las tejas
bajo el tejado de la casa.

Mañana cuando tu regreses
volverán de nuevo las gorrionas
a orquestar con trinos la mañana.

Quietos como un rebaño de ovejas
radiografiadas por un rayo
azul piedra en el invierno
el éxtasis de seis manzanos
esta mañana me acompaña.

Mañana cuando tu regreses
las flores rosas de los ciruelos
darán su pastel a la mañana.

Mañana por mañana la esperada
será una fotografía de rosas
anidadas como gorriones
en lo alto de los ciruelos
al flash azul de la madrugada.



El último baile

Y si resulta que la acacia no nos trae sus mimosos olores
con los colores agrisados de sus flores saturadas por la lluvia
que trae el sirimiri de las nubes atascadas en las laderas de Ibardin
esta primavera
como un mensaje.

Y si resulta que los robles aún cubiertos con su musgo sin sexo
no rebrotan y la escoba de sus esqueletos sin savia proyectase
una sombra de hilos de caminos recortados y sin vida solamente
esta primavera
como un mensaje

Y si resulta que el magnolio se desprendiera suicida de sus hojas
y los pétalos gigantes que bordean la alcachofa de sus flores
dejan de acompañarnos solidarios en nuestra lucha con su brebaje
esta primavera
como un mensaje.

Y si resulta que los manzanos avellanos las higueras los castaños
los perales los ciruelos el haya la encina los cerezos el madroño
se quedan sin beber hasta que vengas y no aguantan y se secan
y se caen todos los pétalos de las flores herbosas de la tierra
y la morfología amputada de sus estambres sin cáliz se marchita
y entonces las abejas enloquecen y se ponen a bailar su último baile
ahora mismo
como algo inevitable.



La entrada en el oncológico

Aquí vengo como una verdad como un verso como un poema
aquí no traigo disimulos máscaras ni emblemas
vengo con la mordaz fatiga de la angustia
vengo con mi sudor de criado de botones
con mi estampa de recadista prematuro
con el perfil de mi frente comunista
vengo como una hormiga programada para obrera.

Aquí llego bajo este imponente edificio del futuro
abierto en un campo de antenas villas y parcelas
como un abismo de metales de cristales de cemento
aquí yo no puedo utilizar mis instrumentos
ni el hacha que descerraja los candados
ni mi rejón de extremeño conquistado
ni la garra de mis muelas africanas
ni la onda de piedras de la escuela
ni el tiragomas con canicas de madera.

Llego solo con mi piel de moro redimido
solo con mis pelos de gallo de pelea
me presento voluntario y preparado
a la cúpula de la ciencia y del ingenio
ante el genio superior de la estructura
que da vida o que mata mientras cura.

Ante vosotros que decís que sabéis lo que decís
como una verdad fundida con hierro primitivo
con la estadística de la ciencia del ensayo
con las probabilidades científicas del experimento
con las posibilidades de los hechos científicos
con las ecuaciones de supervivencia científica
con las imágenes científicas de las máquinas
con los cómputos de científicos aparatos
con los cuchillos de cirugía robotizada
con las radiaciones ionizantes discriminadas por perfil
con la química medida del garrafón para cualquier situación.

Ante vosotros yo llego como un pollo
como una trucha ahumada en la humareda de una hoguera
yo, el criado en el zapato de mi abuela
llego abierto en canal con las entrañas expuestas
yo que os busco
ante vosotros me inclino
ante vosotros yo consiento.

Aquí llego a vuestra puerta y quiero entrar.

Poso ante vosotros como una meta de rastrojos
a que me digáis donde tengo la cabeza
donde están los dedos de mis manos
donde están las rodillas de mis piernas
donde está la luz de la niña de mis ojos.



Ahora

Ahora bendita claridad, que nada acabe ahora
ahora que dure siempre, que nada cambie ahora
ahora deprisa se para el motor
que mueve la brisa del tiempo
y la lata de nuestros corazones
aletargados ya casi ni late
ahora los mil espejos de la verdad nos dan menos miedo ahora
ahora yo estoy más solo que lo sola que tu estás ahora
ahora por no decir ni te digo
lo mucho que te quiero
que ya no tengo cifras ni mantisas
ni exponentes ni premisas
ahora que pasa tan cerca que no nombramos a la muerte
ahora la suerte de tenerte de quererte y no querer perderte
ahora el presente nos invade
con su agujero de momentos
y saber estar vale más
que lo que nunca ha valido
ahora que el lamento de la vida cuesta lo que nunca tendremos
ahora que nuestra carne nos repudia y nos deshace
amemos ahora el dolor de tenernos
como ahora nos tenemos.




El final imperfecto

Hace casi media vida
me acerqué a ti con los ojos inflamados en las noches desveladas por el código
te acaricié con la alpargata de mis manos de esparto envueltas con programas
desde entonces soy capaz de morir en cualquier momento
pero si vamos a morir que sea por la mañana al final de la madrugada.

Hace unas horas
tus ojos de bolindre desconchado por los impactos del juego de la vida
no ven más allá de la piel del momento de sumisión en que vivimos
y cuando tu mirada pretende proyectar otra mañana
un vértigo de llantos abismales te poseen como un fantasma
si vamos a morir que sea por la mañana al final de la madrugada
para tener todo el día
para buscar un buen sitio
para pasar la temporada.

Ahora por la mañana
cuando los primeros rayos del sol se asoman por el magnolio y entran por la ventana
deshaciendo la sombra de nuestro abrazo con el rojo trovar de la alborada
puede que tengamos que morir esta mañana este final de la madrugada
que sea justo ahora
que tenemos tantas cosas por hacer
que tendremos que volver.



La vida sin ti

La vida es como un refresco de mayonesa
                                    Eso es la vida si ti
                                                 Lou Reed

Si me equivoco ahora que sea claramente
que no sean errores oscuros
porque la vida sin ti carece de vida
la vida sin ti no se puede vivir.

Si arde todo el papel de los despachos
los bolígrafos los clips las grapadoras
los rotuladores las taladradoras y los armarios
se derriten
la cerradura de la puerta goteará un semen ferroso
¿quién? dime ¿quién fecundará los momentos?
para que sean de frutos y no de cucarachas
¿dónde? dime ¿dónde apunta el fiel de la ilusión?
con las arañas y el óxido bloqueando la balanza.
¿Quién cogerá el teléfono cuando suene?
¿dónde estará la voz que responde por tu nombre?
¿cómo? dime ¿cómo transcurrirán los minutos de cada día?
¿con qué gesto apartaré las sábanas de la cama?
¿quién borrará los segundos cada noche?
¿cómo soportará mi oreja su reflejo en el espejo?
Nunca, nunca se llenará la laguna del olvido
la pena seguirá bebiendo cerveza con las ranas
croando a dúo el desconsuelo
que pateará como un condenado cada noche.

¿Qué bestia? dime ¿qué bestia? es capaz de beberse tanta sangre
las arterias de mi cuello desgarradas
la placenta de tus hijos descompuesta
el corazón de tu madre reventado sin paredes
las entrañas de tu hermano a cuchillo
el pecho de tu hermana con saetas
tus tías tus vecinos tus amigos
arrancándose la piel para traerte.
¿No ves que no puedes?
no puedes dejar nuestra vida sin ti.



El principio

El charol del cocodrilo de sus botas
rompió con su patada el silencio de las puertas en la noche.

Llegaron como siempre llegan
ladrando con su hocico de metralla
en el lomo cosida su bandera
en la frente pintada su batalla
llegaron como siempre llegan
a apagar la luz de las palabras.

Vinieron del centro
llegaron como siempre
como ese fuego que te quema los pezones
las uñas los cojones el pubis las pestañas
a desgarrar como una lepra nuestros labios
nuestros brazos nuestras piernas
nuestra ilusión y nuestras casas.

Llegaron
como un potro que te tensa los tendones
como un cáncer que te asfixia los pulmones
como una maza que machaca tus riñones
como un pico que te pica las rodillas
como un alud que te pilla de cuclillas.

Llegaron
como una mentira que programa tu muerte.




A Luismari

Hoy he vuelto con tu hija a los acantilados
respiramos el carbón
que las florecillas silvestres oxigenan en el aire
por allí tus cenizas hormiguean aún entre la hierba
y percibimos el hierro venoso de tu cara
chorreando sobre algunas amapolas solitarias.

El viento que acaricia la hierba cuando baja
empuja una cascada de tierra hasta las rocas
allí los cangrejos se beben la memoria de tus huesos calcinados
ahora el llanto de las gaviotas es ya un concierto
el sirimiri de sus lágrimas rocía los botones de las margaritas.

Un pez luna despioja con nosotros su mirada
nuestra silueta de ramas deshojadas
nuestro perfil desconsolado sin tu techo
luego cabalga un rato entre los borreguitos
a sumergirse lejos del rompiente de las rocas.

Una paloma nos llega de tu casa por la espalda
nos trae un hilo de tu recuerdo entre sus patas
París se abre y el hombro de Gloria sujeta tu sonrisa de niño
tu sonrisa inclinada.



La consulta

En el laberinto de los hechos no hay marca de salida
despacito damos pasos sin elegir la dirección
el constructor de la partida ha dispuesto su orden
el azar es una flecha que seguimos sin reconocerla
lo que percibimos nos arrastra al medio de la cueva
los vampiros instalados radiografían lo que nos pasa
nos miran desde arriba
nos dicen lo que nos hace falta
nos consuela mucho saber dónde no tenemos la cabeza.

Nosotros que nos amamos nos cogemos de la mano

respiramos
nos alejamos de la radiación fría de sus piedras
respiramos.

El pasillo en espiral nos rebobina en un sentido
en el otro
el ogro nos retuerce el pescuezo como a una gallina
gritamos.

Cuando llegamos a la habitación de casa
respiramos
creemos que hemos conquistado la vida
respiramos.

Cuando la espiral se desenrolla miramos en derredor
todo ha cambiado
en la oscuridad de la cueva no podemos ver nada
gritamos.

Sentimos de nuevo el frío radiante de sus piedras.
Sentimos de nuevo el espectral aullido del fantasma.

Sólo podemos quedarnos quietos
esperar que pase el tiempo
esperar lo que el azar nos traiga.



Quien macera las uvas de tu vientre

quien macera las uvas de tu vientre
el corazón que revive de repente
la esperanza en una vida diferente
ay la esperanza que pierden los que esperan

quien salara la aceituna de tu cara
la emoción de una vida en la redada
el coraje resurgiendo de la nada

quien tocara caracoles en tu pelo
la mirada desprendiéndose del velo
la magia persistente de mis dedos

quien gozara del pomelo de tu pecho
mis pezones de rodillas junto al lecho
mil caricias esporando como helechos

quien trepara a los olmos de tus piernas
a vivir en la savia de tus venas
a morirse en el tronco de la pena

quien muriera en la pendiente de tu beso
este corazón deformado por su peso
este lamento cuajado como yeso

quien macera las uvas de tu vientre
el agua en las arrugas de mi frente
ese ánimo en los labios de tu gente
ay la esperanza que pierden los que esperan



Resonancia

Ondas de miedo.
Al agua de tu vientre
caen los abismos.



Intermitencias de la luz

                               no se trata de mirar a una mujer
     sino de entrar por los ojos de su sonrisa desnuda
para quedarse adentro de ella para siempre con ella
                                                       Lorenzo Facorro
la luz que cae esta mañana sobre la higuera
no creas que se entretiene mucho con los frutos
cuando el abanico de tus pestañas se eleva suavemente
su aleteo de mariposa atrae un destello del rocío que dormía sobre los higos
lo despierta
se escapa a posarse bajo el balcón de tus párpados
yo he visto su reflejo de golondrinas anidar en tus ojos
y alzarse en vuelo opar una bandada
desde el nido de barro y paja donde estaban acurrucadas
para airear con su dicha el nacimiento de la sonrisa en tu mirada
en la cúpula de nieve helada
sobre el lago de hielo donde diminutas lucecillas deslizan su desorden
en una caótica mezcla de blancos y traslucientes
sobre esa fiesta de nácar tu iris es ahora una higuera verde
donde bailan las abejas
alrededor de los higos maduros
y dejan su miel de oro puro
para dar color a tus cejas
la luz que entra en tus pupilas me lleva adentro con ella
a volar con las golondrinas
a nadar en una lágrima de rocío
a deslizar sobre el hielo
a bailar con las abejas
a vivir en el reflejo de tus ojos
a morir
mujer
en el baño de luz que te penetra



La mecedora

En casa ahora el silencio te cubre con su velo blanco
mientras el espejo me repite incansable que estoy contigo
y tú al fondo
delante del fuego
balanceando la mecedora
mirando las llamas
pensando en la recidiva
que llegará mañana.



Quimioterapia

allí he visto los cuerpos atados a las dosis
programadas por su peso
más pudiera matarte
esa o menos también


Los sacos

La vela de la noche palpitando acerca la mañana
que llega con el viento pisando la cola al petirrojo
cuando las flores tristes del níspero buscan en el suelo su consuelo
allí donde los caracoles dejan un rastro que seguimos
con la fatiga atándonos las cejas
llevamos el cansancio fijado en el bromuro de una imagen
arrastramos sus sales sólidas como un diamante
que todavía no sabemos disolver en la mirada.

Lo previsto agota la zancada en el barro del camino
el caballo cargado de piedras no puede galopar
la mirada del halcón se posa en nuestras sombras
mientras la perla de tus ojos
se empaña con tinieblas
no
no tenemos refugio que consuele
ni claridad asoma entre mis labios
ni castañuelas en el calambre de mis dedos
sólo dos errantes cargados de cadenas
arrastrando la sombra por el fango
cargando los sacos de las penas.



Problema

Nuevo problema.
Otro diagnóstico
con protocolo.



Un poema

          Sombras sobre luces
        en la clara oscuridad
     de este mundo absurdo
     que no sabe adónde va
         Luis Eduardo Aute

Un quiste de presidio en el ovario
Un marcador desmadrado normalmente
Una cirugía de vaciado inoportuna
Un tumor maligno propagado
Los ganglios pélvicos inflamados
Los aórticos muy hinchados
Otro suprarenal y con aumento

Resignaaaaaatio

Un intestino obstruido por dos veces
Dos metástasis hepáticas de imagen
Un uréter atascado
Un riñón congestionado
Unas cosas que se olvidan
Otras cosas no se miran
Ya se verán cuando se miren
Si alguna vez se miran
En el plazo de dos meses
Esto es todo un poema

Resignaaaaaatio



Anatomías oncológicas

Detrás de la imagen de cañón de escopeta
tu hígado cansado exuda lo que sufre
detrás del impacto radiactivo del azúcar
cinco millones de células se te mueren por segundo
detrás de ese uréter que congestiona su riñón
hay una sonda deseando perforarte
detrás del riñón que se inflama por tu espalda
el órgano amenaza con pararse
detrás de los tumores que imaginan por tu cuerpo
se sospecha un diagnóstico incompleto
bajo el vacío cirujano de tu vientre
las cicatrices de tus pieles buscan su venganza.

Debajo de la actitud de curación del aparato
hay un andamio que sostiene su estructura
encima del chorro radiactivo de su foco
están las nubes de donde no debemos beber
debajo de los hierros de los cubos de cristal y de los muebles
aparece la sospecha rotunda de un negocio
marcado con las pautas del miedo
perforado con la piqueta de la muerte
pero aquí no tiene por qué venir la muerte
ese camino desandado por cadáveres
esas tarjetas marcadas por la usura
que primero se cobran su factura
y se embolsan la partida sin jugarla.

Mira a esos enfermos que entran caminando
con la cabeza hundida con los hombros hombribajos
con el pecho aplastado por el yunque de la duda
mira cómo salen reptando su vientre contra el suelo
con sus brazos y sus piernas amputados
evitando la mordida de la piedra
remando con los dientes en la tierra
detrás de sus pies despellejados y descalzos
queda la gran sala de reclamaciones que jamás volverán a pisar
debajo de sus pechos que se arrastran sin pezones
fabrican sus mensajes los espectros radiológicos
encima de los huesos descarnados de la espalda
la oscuridad y los tormentos son un ataque de rapaces.

No aquí no
aquí no tiene por qué venir la muerte.




Beso

cierro los ojos
un torrente tu beso
esta mañana






No necesitamos más
Hace unas horas un huracán arrancaba nuestros pelos mientras que ahora aquí apenas corre algo de brisa. Sabemos que el Mediterráneo está ahí detrás, sentimos su imperceptible murmullo como un abrazo invisible, como un sonar seductor que nos busca con su pulso. Pero no vamos, sabemos que hay por debajo una cloaca.

Aquí estamos lejos. El camino que hemos emprendido será largo, toda la vida nos espera zozobrando una amenaza. No, no necesitamos más, en esta etapa los olivos alineados como miles, paralelos, nos acompañan hilvanando las lomas mientras avanzamos. Pero ves, no podremos llevarlos con nosotros, se quedarán aquí. Con nuestros ojos.






Tres momentos cuánticos

Hay un momento cuántico en los sentimientos
cuando te sientes observado todo cambia
por eso mujer me arranco los ojos en la mirada de tus ojos.

Hay un momento cuántico en las trayectorias
si una duda no puede resolverse hay otra variable que conoces
el miedo a no tenerte cerca mujer me lleva contigo tan lejos.

Hay un momento cuántico en el espacio y en el tiempo
si te desdoblas cuando duermes poseerás tu futuro
por eso mujer quiero estar a tu lado en el horizonte de los sueños.



Yo te miro

Yo te miro
amorosamente te miro

hace más de un día que el peso de lo que pasa
no nos cae sin freno por la frente
ni el reguero de su sal nos sala las mejillas resecas

las esferas de hierro que pesadas como estatuas
nos rodaban por las tripas cargadas de desastres
ya son sólo un esperpento de jabón que nos resbala

nuestros ojos ya no están ensangrentados por la ira
ni los riñones inflamados de impotencia
la llaga en carne viva del quejido en la garganta
cura con el pulso eléctrico y cerebral que nos reorienta

cuando mi mano entra en tu costado ya palpa ese latido

mi mano ya lo palpa

yo te miro
amorosamente te miro
con la fuerza de la mañana yo te amo
tranquilamente te amo
con el aire del atardecer yo te persigo
persistente te persigo

el canto blanco de tu figura
esa porcelana de frágiles arcillas
induce el húmedo saludo de los labios que se descorchan al contacto
entiende este afán de entrarte por los poros como por una chimenea
a cosquillear bajo tu piel con la química de mis besos más dulces

cuando te llegue esta declaración sin papeles como un chorro de deseos
comprenderás tal vez el abanico de teoremas bajo el arco de mis cejas
percibirás tal vez el aire vibrando interminable con las aristas de este canto

la pulsación de las venas en los párpados me oxigena poderosa una mirada
yo te miro
poderosamente te miro
este suave temblor de los dedos en el aire
acariciando la ilusión de tu presencia
yo te miro mujer
amorosamente te miro.



Cuarentena
                  Tenemos dos tiempos diferentes al mismo tiempo:
                                       un segundo en un tiempo consciente
y miles de millones de segundos en otro tiempo imperceptible
                                               en el que podemos hacer cosas
           cuya experiencia pasamos luego al tiempo consciente
                                                                        Garnier-Malet

Debajo de todos los cielos
debajo de todos los mares
debajo de todas las tempestades y tormentas
en medio de todos los vientos y corrientes
encima de la tranquilidad y de la calma
encima y debajo de la tierra
sobre la calle y dentro de nuestras casas
en todos los túneles y microscópicas cavernas
en todos los espacios imaginables en nuestro horizonte
al margen sólo del presente marginado
la sustancia del tiempo se desdobla interminable
arrastrando nuestros pensamientos.

Nuestro pensamiento pulsante como el tiempo
corre sobre el colchón de la conciencia
palpitando en el futuro que revive y que construye
dentro de cuarenta días y cuarenta noches
la materia de las cosas
con la energía potencial de nuestras aguas
asumirá su papel en nuestra historia colectiva
la materia de las cosas.

Dentro de cuarenta días y cuarenta noches
nuestros sueños renacerán por la mañana
irrumpiendo como el viejo sol con nuevos lunares en su cara
remontando la madrugada con colores infantiles en sus nubes
el nuevo torrente de aguas
nieves nieblas lluvias y granizos
se esparcirá con el viento
con las tempestades con las tormentas
construirá nuevos glaciares ríos lagos mares y casquetes
donde podremos bañar nuestra alegría y ahogar nuestras penas.

Por ser materia conectada al latido de tu espíritu
por ser de carne y hueso
por estar hechos de días y de noches
por estar en un espacio con un corazón que late
que periódicamente late
por desenvolvernos en el horizonte de tus sucesos
como si ocurriésemos en uno de tus tiempos
marginamos el presente
la cuarentena es ya nuestra perpetua cadena
Depresión

Si alzas los brazos
estarás más cerca del techo
no eres tan insignificante como te parece
armoniosamente lanza los brazos
danza
no te quedes quieta.




Fatiga

Que no te derrumbes mujer
ante la abrumadora fatiga de esta atmósfera
lo tenemos que conseguir a toda costa.

Si la fatiga que se instala en tu cuerpo por las noches
habitara en tu vientre también por la mañana
y te arrebata el paseo por la orilla de la playa
las olas que persiguen tus ojos
reciclando nuestros viajes con postales
se ausentarán de la arena con la marea de las migrañas
aprovecha entonces el vacío para que caiga
no dejes que tu corazón sienta un sinsentido tan fuerte
como el ronquido de mi rabia
ni que la tristeza oscurezca la apertura de tu mirada
que sea clara que sea clara
la apertura de tu mirada
que sea clara.

De Baiona nunca pierdas tus sueños de avatares
ni de Cuba los corales
ni el cristal de las aguas de Menorca
ni a mi de tu lado
ni mi corazón de tu costado.


Autoengaño

Si tu pudieras sentir bajo las hojas que te cubren
esta desazón como lombrices que me suben por el pecho
estos temblores este miedo
este hielo que me toca en los músculos del cuerpo y que no quiero.

Si tu pudieras oír en la cascada que te inunda
este lamento como bolas que me rueda en la garganta
este grito esta llamada
esta llamarada que me calienta las cuerdas de la voz y me atraganta.

Si tu pudieras absorber en el humo de tus sueños
este sudor como una lava que me trepa por el cuello hasta la frente
estas brasas esta hoguera
este canasto de leños incendiados con la indiferencia de la gente.

Si tu pudieras alinear la energía de los remedios como chopos replantados
si tu pudieras al menos protegerme de toda la verdad como a los niños
si alguien pudiera.




Regreso

Vienes apagada, el tiempo nos traspasa suave con su espada. Las horas son un lento lamento que casi no pasa. Por casa el sol se entretiene en la ventana con las rosas, se detiene en el umbral de la puerta, se sacude las gotas de lluvia, nos cuenta el tiempo con su voz de momentos y nos ofrece la eternidad cuando entra y nos atraviesa con su abrazo.




Olvidar

Mujer toma también mis manos
tus pies son tan pequeños
tus pasos se confunden con los niños
con ellos has de perpetrar la brutal zancada del olvido.



Buenas compañías

                A Odei, Orhi, Miguel y Sebas

hemos sembrado algunas cosas compañera
sin pensar casi en nosotros

hemos sembrado dos corpúsculos de vida
que nos acompañan desde entonces
cada día

uno que ande donde ande andará mirando nubes
lloverá
y antes de mojarse
cantará sus bertsos como un pájaro
que responde con su trino a un compañero

otro que pulsa como el tiempo con su utopía en un macuto
llegará
y antes de perderse
el sueño de la revolución
hervirá en sus reuniones

hemos sembrado dos impulsos solidarios
que nos acompañan desde entonces
cada día

uno que vino dormido sobre la palma de su mano
despertará
y antes de caerse
abrirá los ojos poco a poco
en un barullo de amiguitos y juguetes

otro que vibra como loco en su equilibrio de tejados y ventanas
gritará
y antes de calmarse
descubrirá su magia poderosa
con la fuerza indomable de un huracán de sentimientos

hemos sembrado tantas cosas compañera
bertsos revoluciones sueños y sentimientos
compañía para nosotros compañera
compañía para nosotros



Homeopatía

Son gotas despreciadas por los ricos mi sudor
son mi riqueza



Viva la ciencia
                La elevada misión del médico,
                                      su única misión,
es la de restituir al enfermo en su salud,
                      lo que se denomina curar
                              Samuel Hahnemann

Me cae una manzana en la cabeza
lo formulo y lo llamo
gravedad
¡Viva la ciencia!

Me derivo el tiempo sobre sí
lo calculo y lo llamo
relatividad
¡Viva la ciencia!

Pongo cargas a bailar en una antena
y la envolvente de su baile
entra en sociedad
¡Viva la ciencia!

Juego en el frontón con semimasas calentonas
la energía que liberamos la llamo
nuclear
¡Cuidado con la ciencia!

En un tubito lleno de bolitas
cuatro por dosis sin tocar
bajo la lengua
te penetrará la saliva
se preocupará de ti sin mirar al reloj
sin descompensar tu salario.
Si es tuyo lo integrarás
sabrás lo que te dice sanarás
por grave que sea lo que tienes
si tienes tiempo sanarás
todavía no sabes cómo
tus antepasados anduvieron y tu andas en la Tierra
sin Newton sin Eisntein sin Tesla sin Curie
desintegras el salario en la farmacia
si no quieres
no caes al abismo de la ignorancia
ni el tiempo cierra el paso de tu mente
sanarás con el motor de Samuel Hahnemann.

La ciencia
al final sabrá por qué
¡Viva la ciencia!
Letras rotas

Mujer de letras rotas contenida
¿quién te espera a este lado del cuaderno?
donde inscribiste tus latidos cargados de dolor
con la manzana de tu pecho
un día húmedo
rellenaste de azules impensables las páginas
explicando cómo nacías en una noche de invierno
ahora
el papel piedra de la vida reclama su surco negro
corre a verter en él
el agua cristalina de tu sueño.

Mujer por letras rotas sostenida
tu ya sabes quién te espera
a este lado del cuaderno.

El mendigo del pasado

Soy capaz de cantar este canto, de verter este sudor como un llanto,
desde la piel que ahora me emulsiona ante tus ojos ausentes.

Con mis brazos abrazados al pasado, con mis manos ancladas en la noche,
creo las maravillas de sales y quejidos que ocupan nuestro espacio.

Despacio, con estos pasos cansados de mendigar espíritus silvestres,
caminan a la extinción los continentes de luces que poseo, muy despacio.

La claridad de mi mirada, con su chorro fértil de rayos ilusorios,
se concentra en inundar el vacío de tu ausencia, aún inacabada.

El abanico de colores graves de mis voces refresca en la garganta sus mensajes
ya no disuelve los estruendos en susurros abisales en los mares de tus ojos.

Me falta el mar, sólo queda un abismo, sólo queda un precipicio,
un escalón insondable que se repite periódico como una sierra

arrastrando hacia adelante un vértigo de conjunciones de desgracias
palpitando en el presente, conmigo, compañero de mis pasos de mendigo.




El combate
Cuando el agua no se siente en el reseco tapiz de la garganta
por ahí sólo circulan las palabras más densas que nos cortan
como cuchillos de cristal.
Hay que tragarse esta sangre.

Si sangrásemos ahora, los ojos echarían un jugo verde,
amargas lágrimas germinan en la almendra de nuestro corazón,
como polvo de cristales.
Como espejos rayados.

En espejos rayados por la ira se posan inertes las horas,
esos músculos del día que aplastan a los sueños caracoles.
Sin futuro ni saliva
ya todo está tirado.

La risa, las palabras, el corazón y hasta los ojos se caen
por los tubos de los tiempos, botando como pepinos de goma
pateados por un loco.
Sin luces y sin conciencia.

Nuestros rostros fragmentados en el espejo roto de los sueños
reflejan intermitentes los quejidos de tu vientre sin consuelo.
¿Es que te quieres ir ahora?
¿Ya conoces a tu estrella?

Tus pies están pegados en el suelo y sólo puedes respirar,
pero incluso sin aire, sin andar, puedes ir por ese camino
que pisa nuestra muerte.
¿Pero dónde está mi estrella?

- - - - - - -

Y si ellas engendrasen con su luz una piel que nos protege,
y si la vida tiene al otro lado un costado alado para ti,
sin plumas de alabastro,
sin camas de hospitales,

y si el agua vuelve con su recuerdo del pasado, esa sustancia,
ese huevo fecundo de energía, constructor de pensamientos,
tu esqueleto por coraza,
tu pecho como un tanque,

hay combate,
para algo ha de servir la turbia presencia de clavos oxidados
en mi boca como dientes.




Yo moriré de pena si te pierdo

Yo moriré de pena si te pierdo
porque amaré la pena de perderte
como al deseo del gozo de tenerte
como tendría mi vida tu recuerdo.

El futuro que en este instante muerdo
te rodea para girarte y volverte
aunque amaré la pena de perderte
y moriré de pena si te pierdo.

La herida roja y fresca de mi vida
crecerá con la ausencia de tus ojos
hasta cubrir nuestra dicha perdida

yo conjuro mis penas y congojos
a morir en la senda requerida
que reúna tu mirada y mis despojos.



Siempre me gustas

Me gustan las nubes grises
los días que recubren
las tardes que oscurecen
y las noches algo tristes,
si mi sueño de caballo
relincha en la madrugada
tu figura de gacela
salta bajo las sábanas,
yo me lleno y también lleno
tu cuerpo con mis ganas
no te aprese en esas noches
el muro de la mañana.

Me gusta tu rostro grave
los huesos de tu cabeza
la calavera que reviven
los perfiles de tu cara,
tus ojos como guijarros
lijados bajo tu frente,
imponentes los estratos
de tus labios silenciosos.
La sombra que dibujan
los tizones de mi mente
deslizan en tus mejillas
un carmín de nubes grises.

Agotado el colorido
de la piel y de las venas
tu mañana es una tapia
reviviremos cuando caiga.




Encrucijada
En nuestra casa existen espacios definidos
que ya no se cuidan con tus manos
jardín donde circulan caracoles que almacenan
los truenos de todas las tormentas
yo llevo estos signos arrugados en mi frente
como una brecha abierta en la cabeza

porque ya no es de juguete el llanto de los hijos

porque sólo desespero al ritmo de tu pecho
y me pesan y se me caen como piedras las palabras

he buscado una por una en nuestras playas
un animal que nos muestre su camino
una marca
un grano poliedro que nos salve
unas huellas que posean el valor de tus cálculos.

Aunque parece pronto para ver lo que nos pasa
para saber lo que vendrá
yo se que llegaremos con la respiración entrecortada
de una boca desdichada
yo se que dejaremos huellas de labios descarnados
por los besos
presiento que veremos el reflejo profundo y rectilíneo
de un camino sin regreso.


Diciembre 2010 - Setiembre 2011
Sime Barroso


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